Según una investigación elaborada por la Red Latinoamericana de Investigación de Climaterio, el 56.8% de las mujeres latinoamericanas, entre los 40 y 59 años, padece de disfunción sexual.
En el estudio participaron más de 8 mil mujeres, entre las edades de 40 y 59 años, residentes en 11 ciudades de países de América Latina.
La investigación, presentada en Chile, arrojó que la prevalencia de disfunciones sexuales en la región alcanza sus niveles más bajos entre las mujeres de Cartagena de Indias, Colombia (21%); la peruana Piura (32.1%); La Habana, Cuba (33.2%); Santiago de Chile (36%), e incluyendo la ciudad de Panamá con 40.9%.
En cambio, los peores niveles se registran en las ciudades de Quito (98.5%), Montevideo (94.5%), las bolivianas Santa Cruz (87.9%) y Cochabamba (86.3%), Buenos Aires (79. 5%), Lima (71.8%), Bogotá (58.3%) y Guayaquil (55.2%).
El principal problema que afecta la vida sexual de las mujeres, con una edad superior a las cuatro décadas, es la sequedad vaginal (46.64%), indica la investigación médica.
CAUSAS
De acuerdo con la ginecóloga-obstetra Carmen Troya de Soto, la disfunción sexual femenina, en resumen, puede involucrar una disminución en el impulso sexual, una repugnancia por la actividad sexual, una dificultad para excitarse, la incapacidad para lograr un orgasmo o dolor con la actividad o en las relaciones sexuales.
Mientras que la ginecóloga Rosa María Britton señala que una de las causas que puede llevar a este decaimiento sexual es lo que ha dado por llamar la “coreografía del amor”.
Sin darse cuenta, dice Britton, la pareja inicia sus relaciones sexuales de la misma forma día tras día, mes tras mes, año tras año, prácticamente como un pas de deux que se realiza mecánicamente. Y poco a poco, el placer, ese “pájaro azul” del amor sexual se va poniendo cada vez más difícil de capturar, dice Britton.
DISFUNCIÓN FRENTE A FÁRMACOS
La ginecóloga Carmen Troya de Soto explica que la disfunción sexual se puede dar en cualquier momento de la vida de la mujer, y las causas más comunes son la ansiedad, los cambios relacionados con la menopausia, problemas de comunicación en la pareja, vaginismo, falta de lubricación e incluso medicamentos como antihistamínicos y antihipertensivos, entre otros.
En general, la disfunción sexual producida por fármacos, indica Troya, suele ser reversible cuando se reduce la dosis o se retira la medicación. Mientras que el comienzo de las alteraciones es variable, ya que puede aparecer en horas o bien no percibirse hasta semanas después del inicio de la toma del fármaco.
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