Todo apunta a que para el Casco Antiguo de la ciudad capital vendrán mejores tiempos, sobre todo cuando se amplíe la cinta costera, obra vial que de hecho ya está beneficiando al centro histórico por la accesibilidad que le ha traído.
Y es que en la antigua ciudad amurallada colonial de Panamá una efervescencia inversionista parece ir incrementándose con el correr de los años. Restaurantes, tiendas, hoteles, centros de hospedaje, residenciales, entre otras infraestructuras novedosas y restauradas, se presentan ante la vigilancia permanente de residentes, turistas y del ciudadano común que transita por este sin igual conjunto monumental, cargado de especial belleza.
Dar un paseo por el Casco Antiguo —declarado conjunto monumental histórico de Panamá en 1976 e inscrito como patrimonio mundial por la Unesco en 1997— es presenciar su revitalización, sin obviar que aún hay mucho por hacer debido a que existen varias propiedades y terrenos abandonados o que necesitan ser intervenidos.
Según los entendidos, en el sitio se pueden identificar unas 20 propiedades que se encuentran actualmente en restauración. Desde 700 mil dólares hasta 1.5 millón de dólares o un poco más se estima que se invierte solo en el reglón de construcción de un edificio, dependiendo de su tamaño. Los hoteles pueden superar esta cifra.
Entre los proyectos más conocidos que se remodelan se pueden citar el Hotel Central, el paralizado PH Plaza Independencia y la restauración de la capilla a un costado del templo de La Merced, que pueden cifrar inversiones de millones de dólares. Los desarrolladores son cautos en dar montos y las nuevas autoridades no poseen información alguna, alegando que están actualizando su base de datos.
En lo que va del año en la Dirección de Patrimonio Histórico se han aprobado y tramitado 53 anteproyectos, proyectos finales, obras misceláneas y menores, así como excavaciones arqueológicas de este conjunto monumental, de un total de 105 que se han registrado en el país. El año pasado se hicieron 73 trámites de esta índole solo para este centro, de un total de 128 en todo el territorio nacional.
El director de Patrimonio Histórico, Jaime Zárate, reconoce que con los proyectos que se vislumbran en el área y los que hay en el tapete, el Casco Antiguo tiene mucho futuro al constituirse como el centro histórico panameño con más potencial.
“Contrario a lo que la gente piensa, este año ha sido de mucha actividad. Han abierto por lo menos 20 negocios nuevos, que es algo sin precedentes”, señala Patrizia Pinzón, presidenta de la promotora Arco Properties, el brazo de ventas de la compañía desarrolladora Conservatorio S.A.
Restaurantes, tiendas y oficinas de arquitectos son algunos de los nuevos locales que se instalaron en la zona.
“Hay muchas construcciones andando, sobre todo en Plaza Herrera”, destaca Pinzón, tras señalar que hay hoteles que se están construyendo en el área y que no se ven de hoy para mañana porque los trabajos demoran de dos a cuatro años, dependiendo del tamaño del inmueble.
Actualmente se restauran los hoteles Central, Molón, American Trade y el Herrera, que aportarían aproximadamente 190 habitaciones, de las 117 existentes que ofrecen el Canal House Panama, Luna´s Castle y el Hospedaje Casco Viejo.
En espera de incentivos Pero el mercado inmobiliario en el corregimiento de San Felipe, donde se ubica el conjunto histórico, no escapó de la crisis financiera mundial, ya que las entidades bancarias en Panamá apretaron el cinturón en el otorgamiento de crédito para curarse en salud, lo que afectó a los desarrolladores del área.
Igualmente, la finalización de la ley de incentivos fiscales en 2007 trajo como consecuencia que el atractivo que se tenía en esta área de la capital disminuyera, así lo hace ver Carlos Mock, gerente general de la Compañía Inmobiliaria San Felipe, la cual se ha constituido desde 1995 en la pionera en los inicios de restauración en esta zona histórica y turística.
No obstante, la actual administración gubernamental pretende reactivar los incentivos de una manera más controlada, para evitar la especulación que se registró en tiempos pasados y con el interés de llamar nuevamente la atención de los inversionistas.
Además de las inmobiliarias San Felipe y Conservatorio, se encuentra Historical Projects como las principales desarrolladoras de la zona, a las que hay que sumar Inversiones y Proyectos Casco Viejo, que desarrolla el suspendido proyecto PH Plaza Independencia, donde se han dado acciones legales y demandas ante autoridades judiciales por violar las normas de conservación vigentes en el área. A estos desarrolladores habría que sumar al menos seis u ocho promotoras que venden los proyectos que se realizan en el lugar.
Una propiedad restaurada en esa área cuesta entre 2 mil 300 dólares y 2 mil 500 dólares el metro cuadrado, si se refiere a un apartamento.
Un inmueble en el Casco Antiguo puede tener un costo de 250 mil dólares hasta un millón de dólares, solo por estar situado en esta zona patrimonial, donde hay muchas limitantes para el desarrollador, porque tiene que preservar los diseños originales de siglos pasados.
Algunos consultados señalan que las aprobaciones para iniciar la recuperación de un inmueble en el Casco Antiguo pueden tardar de seis meses a un año, a diferencia de otras construcciones que se efectúan en otros sectores de la ciudad, donde los planos suelen ser aprobados en un término de tres a cuatro meses.
No obstante, el director de Patrimonio aclara que en esta instancia, perteneciente al Instituto Nacional de Cultura, la ley los obliga a que los planos de anteproyectos sean aprobados en 15 días y los planos finales en 30 días.
Un desarrollo lento Aunado a este proceso tardío e intenso en la aprobación de planos, para Carlos Mock, gerente de Inmobiliaria San Felipe, otro de los problemas por los cuales el Casco Antiguo se desarrolla lentamente es el complemento social que se registra en el lugar en cuanto al desalojo de algunos intrusos, por lo que un proyecto que puede hacerse en un año demora hasta tres años por el hecho de que tienen que intervenir las entidades pertinentes.
A esta situación hay que añadir el hecho de que en el área convergen una cantidad de propiedades en total abandono y cuyas estructuras se encuentran en deplorable estado, siendo notorios los terrenos baldíos llenos de hierbas, hasta residencias a punto de colapsar. Según Patrimonio Histórico, hay 50 propiedades que están abandonadas y en pésimo estado.
Las condiciones en que se encuentran estas propiedades responden a diversos aspectos legales, que van desde aquellos que están esperando que se les apruebe un proyecto, hasta aquellos que hicieron la compra del inmueble o terreno para especular con los precios.
En este sentido, Patrimonio Histórico hará las evaluaciones del caso y de acuerdo con su director Jaime Zárate, de comprobarse anomalías, implementarán la figura del juez ejecutor para imponer las multas correspondientes, que pueden ir de 10 mil dólares hasta 50 mil dólares.
En este año se han impuesto dos multas por 10 mil dólares cada una.
Zárate resalta que asimismo hay casas en malas condiciones físicas porque han sido ocupadas en contra de la voluntad del propietario, y por no pagar la renta el inmueble se ve sometido a un deterioro progresivo.
De hecho, en marzo pasado una misión de la Unesco en su visita a varios conjuntos monumentales del país llamó la atención por las condiciones en que se encontraban muchos de estos patrimonios por la falta de mantenimiento, y el Casco Antiguo no escapó a este análisis, precisamente por las casas abandonadas que hay en el centro histórico.
La misión de la Unesco dijo que ante estas condiciones el Casco Antiguo podría entrar en una lista como patrimonio de la humanidad en peligro de destrucción, lo que sería el primer paso para ser sacado de ese privilegio que hoy ostenta, aduce Sebastián Paniza, presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés), capítulo de Panamá, cuerpo asesor de la Unesco en lo que se refiere a conservación de patrimonio.
Paniza advierte que ahora le corresponde al Estado reflejar la intención de mejorar este patrimonio para que no se siga deteriorando, aunque reconoció que el gobierno ha mostrado interés en el problema, de tal forma que el organismo que preside ha sido tomado en consideración por las consultas que les han hecho.
“El Estado está trabajando en una nueva legislación que va a contemplar muchos aspectos, entre ellos volver a poner en vigencia los incentivos fiscales para la inversión en el Casco Antiguo, recalca el representante de la Unesco.
Por su parte, Darío Cadavid, director de Ingeniería y Arquitectura de la Oficina del Casco Antiguo (OCA), informa que se ha elaborado un plan de emergencia a solicitud de la Unesco, que parte de un marco de la realidad existente, su confrontación con el aspecto legal, la elaboración de un diagnóstico para el sitio y la definición de un pronóstico de acciones para el conjunto monumental.
La fecha definida para la entrega de este plan es el 30 de noviembre y la verificación del estatus de ejecución del mismo será en febrero de 2010.
Cabe señalar que el Casco Antiguo abarca unas 44 hectáreas y comprende cerca de 900 edificios de valor histórico y arquitectónico.
El 87% de las propiedades es privado, un 11% del Gobierno y un 2% pertenece a la Iglesia católica.
Planes futuros Entidades como Patrimonio Histórico, la OCA, los ministerios de Obras Públicas y de Salud, así como el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales se encuentran desarrollando una iniciativa que integre proyectos de mejoramiento de calles, drenajes, de distribución de agua potable y servicios de aguas residuales.
Trabajos que se espera se inicien el próximo año con algunas actividades preliminares, de acuerdo con Cadavid, tras destacar que ya comenzaron algunas acciones en conjunto con el Municipio de Panamá para la rehabilitación de parques y su iluminación, donde está involucrada la empresa Unión Fenosa para un mejoramiento del sistema de distribución eléctrica.
La falta de estacionamientos en el lugar es un dolor de cabeza que tienen que padecer los que a diario visitan el Casco Antiguo.
En este sentido, Cadavid destaca que se tiene planeado nuevos lugares para dejar los vehículos en “áreas de apoyo”, tras el desarrollo de la cinta costera o desde infraestructuras existentes en la calzada de Amador. A estas estrategias que se analizan habría que sumar el mantenimiento y rehabilitación de los estacionamientos que se encuentran al lado del Teatro Nacional, que incluso son subterráneos.
Sobre este tema, el arquitecto Paniza añade que el problema se resolvería construyendo más estacionamientos subterráneos en las plazas grandes del área, como los hay en La Habana, Cuba, pero que es una inversión costosa, y en 2000 se estimó que ejecutar este tipo de acción costaría unos nueve mil dólares por vehículo.
Considera que no es oportuno hacer comparación con otros sitios históricos de la región, ya que cada uno es diferente y tiene sus cualidades propias. Pone como ejemplo que en Antigua, Guatemala, hay suficiente terreno en áreas aledañas a la ciudad para que los vehículos se estacionen, en cambio en el Casco Antiguo solo les queda el mar.
Amén de las peticiones por parte de las autoridades y de los especialistas de que se respeten las normas de conservación.
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