Su participación en la economía ha perdido fuerza.
Ni siquiera llega al 8% que ocupaba a inicios de siglo, y los datos mixtos en la industria de manufactura reflejan lo que pasa en el sector.
La producción local ha bajado y las importaciones de productos terminados han montado una dura competencia.
En el primer trimestre de este año con respecto al mismo periodo de 2008, la fabricación de productos de plástico, envases, cajas, botellas y bolsas aumentó 12.7%, mientras que los artículos de papel y cartón descendió un 40.8%.
Las importaciones de plástico en 2008 alcanzaron los 268.4 millones de dólares, 47 millones de dólares más que el año anterior.
Cabe destacar que a marzo de este año se había importado 4.4 millones de dólares en papel y cartón y 5.4 millones de dólares en plástico.
Esto incluye productos terminados y materia prima para hacer los artículos localmente.
Hay empresas como Celloprint que colgaron los guantes.
La compañía cerró sus puertas y ha iniciado el proceso de venta de la maquinaria.
Un paso lógico, tomando en cuenta el trágico desempeño del sector durante los últimos años.
Cómo olvidar la caída del 13% registrada en 2001, motivada por la baja en el consumo interno, los altos costos de mano de obra y los precios de los insumos.
Aunque la fabricación de cartón, papel y plástico, pareciera no ser tan representativa por el peso que tiene el PIB, su
vínculo en la cadena productiva del país es de alto calibre.
Esta maquinaria, además de generar cientos de empleos por su propia dinámica, le da
servicio a empresas exportadoras y fábricas de alimentos para el empaquetado de los productos tanto localmente como para la exportación.
La empresa Empaques de Colón, S.A. (Egsa), que se dedica a la fabricación de cajas de
cartón, ha incrementado 2.5% su fabricación en los últimos cinco años y ha invertido 7 millones de dólares para aumentar la capacidad de la planta y el área de producción en 4 mil metros cuadrados.
Esto se ha dado por una alta demanda de cajas para empacar productos exportables como frutas tropicales (melón, sandía y piña) y banano, al igual que para envasar bebidas, enlatados, cajas de botellas de licor y cerveza.
Sin embargo, debido a la baja en las exportaciones de productos agrícolas, la demanda de cajas para enviar productos al exterior ha caído durante la primera mitad del año.
De acuerdo con José Guillermo Lewis, vicepresidente ejecutivo de Egsa, “este último año se ha visto una reducción superior al 20% en la solicitud de cajas troqueladas (de armado manual), que son utilizadas para la exportación de productos agrícolas”.
No obstante, las necesidades de empaque para el mercado local se han mantenido estables a pesar de la crisis económica, señala Sousa.
Ello es lo que precisamente motiva el crecimiento de las importaciones de algunos de estos productos (Ver gráfica: Tendencias de las materias primas) y hace aún más apetecible el mercado local, que es compartido entre empresas locales y de capital extranjero.
Un plástico ‘duro’
A pesar de que hay un listado de más de cinco empresas que se dedican a elaborar productos a base de plástico, éstos no accedieron a conversar por diversos motivos, entre estos, por las convenciones colectivas que se negocian en algunas empresas y por la baja en la actividad.
Según Bélgica de Solano, gerente administrativa de la empresa De todo en plástico, quienes distribuyen bolsas plásticas, para hoteles y almacenes, han tenido un aumento en las solicitudes. Los pedidos mensuales están en alrededor de 300 mil bolsas.
Mantenerse vigente en el mercado requiere de la toma de decisiones complejas con competencia de productos locales y extranjeros y el incremento de artículos importados de Oriente.
0 comentarios:
Publicar un comentario