Si para algunas personas el tatuaje es sinónimo de miedo, dolor, rebeldía o mal gusto, para otros este arte de tinta puede llegar a convertirse en una verdadera adicción.
Para Wilson, tatuador de Panamá Tattoo Studio, el tatuaje es una verdadera forma de expresión artística que requiere destreza en su ejecución. En el caso de Wilson su habilidad como tatuador se complementa por su inclinación pictórica, la cual empezó a cultivar desde temprana edad.
Generalmente se relaciona el tatuaje con estereotipos como los del rockero, el motociclista, el surfer o el skater, el recluso que no tiene más nada que hacer en su tiempo libre, etc.
Pero como nos aclara Wilson, a medida de que la práctica del tatuaje ha sido cada vez más aceptada, personas de todas las edades y procedentes de todos los estratos sociales se han dejado seducir por la idea de emplear su piel como lienzo, en el que plasmar figuras e iconos que sean indicativos de su estado de ánimo o personalidad.
Para Wilson la creciente popularidad del tatuaje se debe a que hoy en día esta técnica ya no se percibe tanto como una expresión de mal gusto, si no como un trabajo que puede ser bastante fino y artístico.
Es así que a Panamá Tattoo Studio, negocio que abrió sus puertas en 1994, llegan todo tipo de personas, desde profesionales hasta menores acompañados por sus padres (la ley establece que para tatuarse una persona debe haber alcanzado la mayoría de edad o ir acompañado por uno de sus acudientes). Aunque por lo general la clientela consiste de jóvenes, en alguna que otra ocasión Wilson ha tenido que atender a miembros de la tercera edad.
No obstante, a pesar de su creciente popularidad todavía subsisten muchos tabúes vinculados al tatuaje.
Uno de ellos tiene que ver con el dolor físico. Si es verdad que no es un arte completamente exento de dolor, en realidad el grado del mismo se relaciona estrechamente con el área del cuerpo en el cual se practica y el tiempo que tarda su elaboración.
De acuerdo con Wilson, las áreas más sensibles son el bícep del brazo, el pecho y las costillas, mientras que el área de menor sensibilidad es el hombro. Asimismo hay tatuajes que demoran de unos cuantos minutos hasta otros que se prolongan durante sesiones de hasta tres horas cada dos semanas, dependiendo del tamaño y la complejidad.
Aún así, si es verdad que el dolor es perceptible, el mismo es perfectamente tolerable, y se podría incluso comparar al que se experimenta cuando se recibe una inyección. “El dolor es un precio bastante pequeño si se toma en cuenta de que uno está adquiriendo algo de por vida”, señala Wilson.
Otra concepción errónea es que la personas tatuadas no pueden calificar como donantes de sangre. Como explica Wilson, esto era cierto cuando los tatuajes se realizaban con tinta china, ya que al torrente sanguíneo del individuo se podían filtrar pequeñas dosis de plomo. Sin embargo, las tintas naturales que se aplican en la actualidad eliminan este riesgo.
También se han presentado casos de personas que han contraído el virus del sida por entrar en contacto con una aguja infectada. Para reducir el riesgo de infección al mínimo, todo el equipo empleado por la mayoría de los tatuadores modernos se encuentra esterilizado, desde las agujas hasta los recipientes que contienen la tinta, los cuales son reemplazados una vez son abiertos.
De acuerdo con Wilson, el tatuaje que esta más de moda entre los panameños es el estilo conocido como “tribal”, el cual consiste en un conjunto abstracto de líneas, generalmente de color negro, inspirado en temas aborígenes.
Otros temas populares son las flores y los delfines, entre el público femenino, y las calaveras, símbolos esotéricos y dragones entre los hombres.
En Panama Tattoo Studio el tatuaje más barato cuesta unos 30 dólares, mientras que el trabajo más caro realizado por Wilson ha superado los mil dólares. Estos precios se asemejan bastante a los de otros países, como Estados Unidos, donde la fiebre del tatuaje ha contagiado a numerosas celebridades del cine y la música, como es el caso de Cher, Julia Roberts, Angelina Jolie, David Bowie, Brad Pitt, Russell Crowe, entre muchos otros.
Cuidados del tatuaje
Aunque en realidad el tatuaje no resulta tan doloroso como la mayoría de las personas se lo imaginan, implica una incisión cutánea, por lo que durante los días inmediatos a la aplicación del mismo es necesario seguir una serie de pasos para prevenir infecciones o corrimiento de la tinta.
Una vez finalizado el tatuaje, el mismo es recubierto con una venda para mitigar la irritación de la piel. Esta debe ser removida al cabo de un período de 2 horas con la finalidad de que el área tatuada se oxigene.
Después de remover la venda, la piel debe ser lavada con agua tibia o caliente y con jabón, de preferencia antibacterial. El tatuaje debe ser secado cuidadosamente con una toalla, tratando de remover cualquier escama formada por epidermis muerta o sangre.
Al cabo de un minutos debe aplicarse una pequeña cantidad de ungüento antibiótico, tal como Vandol, Neosporin, Bacitracin o Vitamina A y D, removiendo cualquier exceso del mismo. Este procedimiento debe repetirse al menos 3 veces al día durante un período mínimo de dos semanas. Asimismo el tatuaje debe ser lavado diariamente con agua y jabón.
Al empezar a removerse las costras o escamas (lo cual por lo general ocurre de tres a cuatros día después de haber hecho el tatuaje) la pomada deber ser cambiada por una loción de mano (ludibrem, por ejemplo). Se recomienda continuar aplicando esta loción hasta que las escamas cesen y el tatuaje ya no se vea seco.
Otras recomendaciones incluyen no sumergir el tatuaje en agua (al tomar duchas evite la presión directa del agua) o exponerlo directamente a la luz solar, por lo menos durante las primeras tres semanas. Tampoco se debe rascar o tocar excesivamente.
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