domingo, 5 de agosto de 2012

Conoce el Cerro Pechito Parado

Hay varias teorías sobre desde dónde Vasco Núñez de Balboa divisó por primera vez el Mar del Sur. Una es el cerro Pechito Parado. Esa fue la conclusión de la maestra Elsy Quintero, herrerana radicada en Darién, para su tesis El trazado de sendero de la ruta de Balboa, como alternativa para el desarrollo turístico en la provincia de Darién. A Elsy solo le faltaba visitar el cerro.



Por otro lado, el aventurero Rick Morales también tenía ese cerro en mente. Rick venía de la frontera con Colombia y quería agregar un punto histórico al sendero “TransPanamá” que trazaba hasta Costa Rica.



Elsy se unió a la expedición de Rick a través de Segundo Sugasti, un darienita alto y moreno, con un machete colgado de su cintura. “Debemos cambiar la panorámica que tiene la gente sobre Darién, de que en cada esquina hay inseguridad y guerrilla. Vamos a promover los valores históricos y culturales de la provincia”, afirmó Segundo.

La primera visita al Pechito Parado no fue alentadora: extensos potreros hacían que caminar bajo el sol pelado no fuese algo muy “turístico”. Pero a lo lejos observaron una zona boscosa, una ruta alterna que prometía ser más atractiva.



Luego de unos 45 minutos de carretera desde Santa Fe de Darién, el grupo llegó al pueblo de Cucunatí. De allí siguió unos 45 minutos más hasta la comunidad de Quebrada Eusebio, donde pernoctó. Manuel De Jesús Chu Garrido, un guía local, llegó temprano al día siguiente y lo llevó por un sendero que ascendía gradualmente a través de un bosque ya regenerado. En el camino los excursionistas hallaron insectos y una variedad de aves: monjas frentiblancas, carpinteros, gavilanes blancos y gallote rey. Vieron una culebra bejuquilla, una rana y monos (cariblanco y araña).



La inclinación del terreno se pronunciaba cada vez más, mientras los turistas se aferraban de lo que fuera para llegar a la cima. Luego de tres horas encontraron el geodésico interamericano que indicaba la cima del Pechito Parado, colocado en 1949. Arriba, entre las ramas, un solitario mono aullador, y a la derecha, entre un pequeño claro del bosque, el mar.

Ya se planifican actos para celebrar los 500 años del descubrimiento del Pacífico. Ni uno en Darién ni mucho menos en el lugar donde muy probablemente la historia del mundo cambió.


Danny

Author & Editor

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