Como no sabes cuánta gente va a venir, tienes que planear con flexibilidad.
Primero, las bebidas: desde hoy estás a tiempo para comprar tus botellas. Si tienes cuenta en Motta, SWG, Varela Premium Store o Importadora Canavaggio es una ventaja, porque puedes devolver. Pero recuerda en el caso de los vinos, que si se han enfriado, no te los aceptan de vuelta.
Te encontrarás a varios con un gomón de padre y señor. Para esos, hay tres tragos perfectos: un Bloody Mary (vodka, jugo de tomate, Tabasco, limón, etc.); un destornillador (vodka con jugo de naranja) o un Mimosa (espumante y jugo de naranja). Si eres de los de sangría, esa te sale regio porque puedes usar un vino baratón, soda (yo prefiero Squirt), y las frutas de turno. Es buena idea tener un saco de naranjas y algunos limones también. Luego está lo que tome tu gente: destilados, vinos o cervezas. Y no olvides las sodas para los chiquillos que inevitablemente tendrán que venir, ya que el primero nadie tiene nana.
Ahora, a la comida. Es muy posible que la gente entre y salga, sin horarios fijos. Por tanto, piensa más bien en un bufet a temperatura ambiente, ya que así no se te reseca la comida. Ojo con los platos con mayonesa (e.g, ensalada de feria) que se descomponen con facilidad si los dejas “afuera” al calor por mucho tiempo. Si tienes un pernil o jamón, regio; son comodines que nunca fallan.
El seviche también cae dentro de esta categoría. Ten a mano panecillos para sandwiches, y si no tienes una proteína central, entonces te vas al súper y compras jamón, salami, pechuga de pollo, etc, y los pones enrolladitos en una bandeja. Haces otra bandeja con quesos Munster, cheddar, provolone, etc. y además, condimentos como mayonesa, mostaza, chutney, etc.
Un paté de trucha es otro comodín que te saca de problemas (ver recetario). Otros dos platos que sacan de apuro son: una bandeja de crudités (si no se los comen, te quedan para usar en sopas, guisos, arroces, etc.) que puedes zambullir en un aderezo comprado (el “Ranch” siempre cae bien), y dulcecitos variados, para no tener que sacar platos de postre.
Y siempre es bueno tener un plan de contingencia, que para mí es un pailón de arroz con lo que sea. Puedes mandar a pedir una paella a tu sitio favorito; o un arroz con pollo, o un arroz chino. Y si quieres estar preparado para eventualidades –como, p.e., que se te queden hasta las doce de la noche y les entre la lipidia—, y hacerlo casero, toma las siguientes precauciones: sea cual sea tu estilo de guiso con sus vegetalitos (zanahoria, apio, toque de tomate, etc), déjalo hecho, y picada tu proteína central. En el súper ahora venden unos tetrapaks con caldo de pollo o res, que sacan de apuro. A la hora de la hambruna, sacas tu paila, haces tu arroz y le echas el guiso y el picadillo proteínico y ¡listo!
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